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degradantes manuales de porristas, nuevo escándalo en la NFL

Justo cuando la NFL se encuentra bajo el escrutinio del ojo público por casos de violencia doméstica de jugadores y de acoso sexual entre empleados de la compañía, en específico del canal de televisión “NFL Network”, el “New York Times” dio a conocer el resultado de una investigación sobre los manuales de comportamiento que son entregados a las porristas de algunos equipos.

El reportaje llega después de que Bailey Davis, una “cheerleader” que fue despedida por los New Orleans Saints en enero por publicar una foto que el equipo consideró inapropiada en su cuenta personal de Instagram, presentó una queja por trato injusto ante la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos.

Davis criticó a los Saints y otros equipos de la NFL en televisión por sus reglamentos que, asegura, degradan a la mujer. Mientras que la abogada que representa a la franquicia de New Orleans, Leslie A. Lanuss, aseguró que la organización se esfuerza en tratar a todos los empleados de una manera justa y negó que la porrista fuera discriminada por su género.

Sin embargo, la información recabada de los manuales de cheerleaders contrasta con la versión de la franquicia. Por ejemplo, según el manual de los Baltimore Ravens de 2009, las porristas debían someterse a pesajes y mantener su peso ideal.

Los manuales indican a las porristas cómo deben comportarse incluso cuando no están en el lugar de trabajo o eventos de su equipo. Desde consejos de higiene como técnicas para afeitarse y el uso apropiado de tampones. Además, les prohíben usar cierto tipo de ropa en público.

Asimismo, muchas deben pagar por sus uniformes a pesar de que su remuneración es menor al salario mínimo: “como un empleado de medio tiempo, el empleado no tiene derecho a recibir beneficios tales como seguro médico o pensiones para el retiro”, dice uno de los manuales consultados por el “Times”.

En su código de conducta los San Francisco 49ers enlistan “ciertos tipos de conducta que son inaceptables bajo ninguna circunstancia”: “Cualquier interacción social o cita con jugadores de los 49ers, otros jugadores de la NFL o empleados por encima y más allá de una interacción profesional cordial y cortés. Esto incluye mensajes de texto, Facebook, Instagram, Twitter, Snap Chat, etc.”.

Ni la NFL ni los Ravens quisieron hablar sobre el tema, mientras que los Cincinnati Bengals aseguraron que ya cambiaron sus políticas y ya no incluyen lineamientos sobre el peso que deben mantener sus porristas.

Hay algunos equipos, entre ellos los Saints y los Buffalo Bills (hasta que su equipo de porristas fue disuelto en 2014 por una demanda), que obligaban a sus cheerleaders a vender cantidades específicas de calendarios de ellas en bikini por temporada.

“La intención de los equipos es controlar completamente la conducta de las mujeres, incluso cuando no están en el lugar de trabajo. Es un problema de poder. Puedes ver un tratamiento dispar entre las porristas, las mascotas y cualquier otro de los empleados del equipo”, dijo Leslie Levy, abogada que representó a cheerleaders en demandas contra los New York Jets y los Oakland Raiders.

Levy logró que los Jets hicieran un pago retroactivo por 325 mil dólares a sus porristas y, en el caso de las Raiderettes, la franquicia de Oakland tuvo que desembolsar 1.25 millones de dólares en pagos retroactivos. Ambos casos podrían ser el ejemplo del que partir para ver un cambio en el trato hacia las cheerleaders.

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